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Energía y desarrollo económico en América Latina (página 2)




Enviado por Eduardo 'Varela



Partes: 1, 2

crean el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente
y ministerios de Medio Ambiente en varios países. En los años
ochenta el deterioro ambiental aumentó y en 1987 aparece el libro de
la Comisión Brundtland, «Nuestro Futuro Común», que integra por
primera vez variables ambientales, sociales y económicas en el concepto
de desarrollo sostenible. El informe de la Comisión de Desarrollo y Medio
Ambiente de América Latina y el Caribe, «Nuestra Propia Agenda», constituye
una propuesta propia sobre las prioridades de desarrollo y medio ambiente de
la región e incluye temas como la deuda externa, la pobreza y las ciudades
insostenibles. En 1992, durante la Conferencia Mundial de Desarrollo y Medio
Ambiente en Río de Janeiro, el debate sobre los grandes temas ambientales
de alcance global como el cambio climático, la biodiversidad y los bosques
dan como resultado la Agenda 21. Los países americanos se reúnen
en la Cumbre Hemisférica de Miami en 1995 y conciben el desarrollo sostenible
como una capítulo aparte dedicado a temas ambientales como la energía,
la biodiversidad y la polución. Las mismas naciones, en la Cumbre de
Desarrollo Sostenible realizada en 1996 en Santa Cruz, consideran fundamental
el desarrollo sostenible: el crecimiento económico en condiciones democráticas,
debe tener en cuenta un adecuado balance entre las variables económicas,
ambientales, sociales e institucionales. A pesar de todos estos esfuerzos, en
la reunión de la Asamblea General de Naciones Unidas de 1997 en Nueva
York hubo decepción ante los resultados de cinco años desde los
acuerdos de Río.

La percepción actual es que el mundo no acaba de
encontrar el «buen camino del desarrollo sostenible».

Conclusiones abiertas a la reflexión

Es necesario recapitular para plantear cuáles pueden
ser los principales retos del sector energético latinoamericano durante
los próximos años. Los avances en regulación, modernización
del
sector público y apertura económica son pasos importantes
en esta evolución, pero la complejidad del mismo requiere múltiples
acciones combinadas que faciliten la consecución de los variados objetivos
que tienen marcados respectivamente las Administraciones, algunos de ellos relativamente
contradictorios, como aquellos relativos al mantenimiento de su «soberanía
energética» y la apertura al sector privado. El sector energético
por su singularidad, requiere importantes aportes de capital privado para maximizar
su contribución a la economía y al presupuesto público
para cubrir las previsiones de demanda. Para poder maximizar la contribución
de las economías latinoamericanas, al bienestar de todos sus ciudadanos,
el sector energético debería orientar sus acciones en base a diferentes

ejes de actuación, siempre con la ayuda del regulador, que
debe definir el marco adecuado de referencia. Entre estas prioridades para los
próximos años, podrían destacarse: – Hacer crecer la
producción,
extender el acceso e incrementar el consumo de las fuentes nacionales de energía
para favorecer el crecimiento y la eficiencia. – Minimizar las necesidades financieras
que el sector pueda requerir del presupuesto público. – Conseguir niveles
de eficiencia comparables a los estándares internacionales. – Reducir los
impactos medioambientales asociados a la expansión del sector y del consumo
energético. De estas prioridades se deducen algunas conclusiones más
concretas, considerando que para conseguir alcanzarlas será necesario introducir
competencia en el sector, mediante la entrada de nuevos participantes, dando al
mismo tiempo mayor capacidad y autonomía a la empresas públicas.
Estos cambios afectarán tanto a la regulación, la supervisión
y la organización del sector como a la política de subsidios y fiscalidad
asociados al consumo o producción de energía. Los nuevos mercados
ofrecen abundantes oportunidades para la inversión privada, nacional y
extranjera, como ya ha sido plenamente comprobado por inversionistas españoles,
de otros países de Europa y de los Estados Unidos. Estas oportunidades
no se limitan a las ya conocidas en los campos de la electricidad, petróleo
y gas natural, sino que se extienden a campos novedosos como son las energías
limpias y en general las actividades relacionadas con el cambio climático.
Si bien la región posee una de las canastas energéticas más
limpias del mundo, existen también oportunidades de controlar aún
más las emisiones, y al mismo tiempo contribuir a su desarrollo económico,
a través del Mecanismo de desarrollo limpio propuesto en el protocolo de
Kioto. La extensión de las energías modernas a toda la población
en términos accesibles, ofrece uno de los retos más apremiantes
para la región, puesto que de su éxito depende la sostenibilidad
social y en gran parte la política de las reformas. Igualmente, existen
desafíos importantes, pero también oportunidades, como la integración
de los mercados energéticos de la región. Por último, pero
no menos importante, lo constituye la movilización de los recursos financieros
para el desarrollo del sector, que pone a prueba la capacidad de innovación
de los sistemas financieros latinoamericanos en particular y del sistema global
en general. En América Latina es cada día más evidente que
para conseguir avances en el camino del desarrollo sostenible e impulsar la competitividad
de los sectores productivos, se requiere de bases sólidas: estabilizar
las democracias, forjar un marco regulatorio apropiado, fortalecer la capacidad
institucional y los sistemas financieros, asegurar procesos transparentes y condiciones
del entorno apropiadas.Además, la región tiene características
muy especiales que influyen en las modalidades de desarrollo sostenible y de competitividad
que se impulsen. En este contexto, es nuestra responsabilidad pensar en las características,
prioridades y oportunidades que ofrece la región y constituir así
eficientes modelos de desarrollo y competitividad empresarial.(1) Aun cuando
el Convenio Marco de Cambio Climático y el Protocolo de Kioto no obligan
a los países en desarrollo a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero,
sí los comprometen a formular e implantar programas nacionales de cambio
climático en energía y transporte para los cuales pueden obtener
el apoyo financiero de los países desarrollados.COLABORACIONESBOLETIN
ECONOMICO DE ICE N° 2750 DEL 2 AL 8 DE DICIEMBRE DE 200241


Bibliografía

1. IGLESIAS, E. V. (1992): «Reflexiones sobre
el desarrollo económico». Hacia un nuevo consenso latinoamericano,
Banco
Interamericano de Desarrollo. Washington.

2. NACIONES UNIDAS (2001): Departamento de Asuntos Económicos
y Sociales, «World Economic Situation and Prospects, 2001», Enero. 3. VIVES,
A. y MILLAN, J. «El sector energético en el umbral del siglo XXI: Tendencias
en América Latina y el Caribe». Energía en el nuevo Milenio. Club
Español de la Energía. Madrid, 2000.

COLABORACIONES42

BOLETIN ECONOMICO DE ICE N° 2750 DEL 2 AL 8 DE DICIEMBRE
DE 2002

AnexoLa Cumbre de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible,
celebrada en Johannesburgo en el verano de 2002, se centró en las medidas
que deberían adoptarse para avanzar en la senda hacia un desarrollo sostenible,
como una continuación de las líneas de acción y compromisos
planteados en las dos anteriores Cumbres de la Tierra (Estocolmo 1972; Río
de Janeiro 1992). Los objetivos y compromisos de la Cumbre, de carácter
multidisciplinar, están fuertemente vinculadas a los objetivos de desarrollo
de la Declaración del Milenio de reducción de la pobreza. En concreto,
el Secretario General de Naciones Unidas señaló cinco áreas
prioritarias sobre las que actuar: agua y sanidad, energía, salud, agricultura
y biodiversidad, cuyos principales compromisos vienen recogidos en el Cuadro
siguiente.

CUADRO 2

LA CUMBRE DE JOHANNESBURGO DE 2002. PRINCIPALES COMPROMISOS

Agua y sanidad

Reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso
a la sanidad hacia el año 2015; esto conlleva el objetivo de disminuir
la proporción de gente sin acceso al agua potable en la misma fecha.
Energía

• Incrementar el acceso a servicios de energía modernos
incrementando la eficiencia energética y el uso de energía renovable.

• Disminuir progresivamente, donde sea apropiado, los subsidios
a la energía.

• Asegurar, en 20 años, el acceso a la energía
para al menos el 35 por 100 de la población de Africa.

• Ratificar el Protocolo de Kioto para abordar la cuestión
del cambio climático. Salud

• Compromiso de que hacia el año 2020, los productos
químicos serán utilizados y producidos de forma que no dañen
la salud humana ni el medio ambiente.

• Fomentar la cooperación para reducir la contaminación
del aire.

• Mejorar el acceso de los países en desarrollo a
nuevas alternativas respetuosas con el medio ambiente, frente a las que utilizan
productos químicos que perjudican la capa de ozono, hacia el año
2010. Agricultura

• La «Global Environement Facility» considera la inclusión
de la «Convención para Combatir la Desertificación», como un área
prioritaria para la provisión de fondos.Fuente: Naciones Unidas. www.johannesburgsummit.org

• En Africa, desarrollar las estrategias de seguridad alimentaria para 2005. Biodiversidad y gestión de los ecosistemas • Reducir la pérdida de la biodiversidad hacia el año 2010. • Invertir la tendencia actual de degradación de los recursos naturales. • Restablecer las pesquerías a sus máximos de producción sostenible hacia el año 2015. • Establecer

una red representativa de áreas marinas protegidas
hacia el año 2012.

• Mejorar el acceso de los países en desarrollo a alternativas
respetuosas con el medio ambiente en lo que respecta al deterioro de la capa
de ozono hacia el año 2010.

• Emprender iniciativas, hacia 2004, para llevar a cabo «El
Programa Global de Acción para la Protección del Medio Marino».
Aspectos Horizontales.

• Reconocer que la apertura de los mercados es un elemento
clave para el desarrollo de muchos países.

• Apoyar la disminución progresiva de todas las formas
de subsidios a la exportación.

• Establecer un marco de programas a 10 años en lo
que respecta al consumo y producción sostenible.

• Promover activamente la responsabilidad social de las empresas.

• Desarrollar y fortalecer las actividades que mejoren las
respuestas a los desastres naturales.

COLABORACIONES

BOLETIN ECONOMICO DE ICE N° 2750 DEL 2 AL 8 DE DICIEMBRE
DE 2002

43

EL SECTOR EXTERIORA LA VENTACOMERCIO MUNDIAL Y TENDENCIAS
DE POLÍTICA COMERCIAL

EL SECTOR EXTERIOR EN ESPAÑA

ESTRUCTURA SECTORIAL DEL COMERCIO EXTERIOR

ESTRUCTURA GEOGRÁFICA DEL SECTOR EXTERIOR

COMERCIO EXTERIOR POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS

LA POLÍTICA COMERCIAL ESPAÑOLA APÉNDICE
ESTADÍSTICO

Evolución histórica. Comercio exterior por
sectores. Comercio exterior por áreas geográficas y países.
Comercio exterior por comunidades autónomas. Turismo. Balanza de Pagos.
Comercio internacional.

 

 

 

 

Autor:

Ramón Casilda Béjar

Energía y desarrollo económico en América Latina, publicado en el Boletín Económico de ICE, Nº 2.750 del 2 al 8 de diciembre de 2002.

 

Partes: 1, 2
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